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La utopía hecha realidad

La utopía hecha realidad (+ Video)

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Fidel Castro no fue solo un renovador permanente de los métodos de lucha revolucionaria, fue, igualmente, un soñador que tuvo la suerte de ver realizadas las más hermosas utopías

Autor: Amador Hernández Hernández | internet@granma.cu
11 de agosto de 2021 22:08:27


Foto: Ilustrativa
Fidel Castro no fue solo un renovador permanente de los métodos de lucha revolucionaria, fue, igualmente, un soñador que tuvo la suerte de ver realizadas las más hermosas utopías.

Bien se sabe que su carácter inquieto y rebelde desde la niñez misma contribuyó a su rápida madurez política. Apenas con 21 años, como presidente del Comité Pro Democracia Dominicana de la feu, impulsó acciones para demandar la destitución del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, y formó parte de un proyecto militar para derrocar al sátrapa militar.

Un año después, enviado a Colombia como delegado de la feu a la IX Conferencia Interamericana –citado para encontrarse con el candidato a presidente Jorge Eliécer Gaitán, la misma tarde en que este fue asesinado, en la revuelta conocida como El Bogotazo–, se unió a la protesta del pueblo colombiano y solicitó armas para repeler la asonada militar.

La muerte del líder ortodoxo Eduardo Chibás y la traición de la soldadesca cubana al apoyar el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, liderado por Fulgencio Batista, constituyeron el empujón definitivo para que el joven abogado concentrara todos sus esfuerzos en una lucha sin cuartel por la definitiva y necesaria independencia de Cuba.

Retomaría el ideario del Apóstol para convocar a una generación de jóvenes dispuestos a sacrificarlo todo por hacer realidad los sueños de José Martí. A Cuba le nacía un líder auténtico, sagaz y batallador, con esa luz necesaria para guiar grandes acontecimientos.

Los sucesos del 26 de julio de 1953 no rindieron los frutos militares anhelados en su momento, pero despertaron a un pueblo forjado en las más hermosas tradiciones heroicas, que hizo suyo el Programa del Moncada, y se aferró a la utopía que le regresó la esperanza y las motivaciones para luchar y defender la revolución próxima, porque Fidel Castro sí tenía las agallas y la inteligencia para hacerla realidad.

En su alegato de defensa, Fidel había llevado a su pueblo al futuro y le había mostrado un país donde los campesinos eran dueños de la tierra que trabajaban, les reveló una patria llena de escuelas, de hospitales, de médicos, de fábricas donde los trabajadores se ganaban el pan honradamente; un pueblo de gente laboriosa, alegre y solidaria; un país donde el culto a la dignidad plena del hombre era la ley primera de su Constitución.

Y lo que parecía una nueva utopía de héroes románticos se fue configurando desde la prisión fecunda, desde el exilio productivo, desde aquel 25 de noviembre de 1956, cuando toda la utopía, vestida de verde olivo, vino montada en un yate de libertad, y salvó el proyecto Seremos libres o mártires, a pesar de la sorpresa de Alegría de Pío, de las largas marchas de los sobrevivientes por la manigua tupida, para levantar la utopía sobre el pico Turquino y bajarla triunfante, con la estrella que ilumina y mata como estandarte martiano de victoria, el 1ro. de enero de 1959. Ese fue el sueño que el joven abogado había adelantado en su alegato del Moncada.

Cuando a un país le nace un líder como Fidel, la utopía está condenada, sin remedios, a revestirse de realidades, y para asegurarlo aquí está Cuba con el mismo ensueño de que un mundo mejor es posible, y somos nosotros, los pobres y dignos, los responsables de hacerlo rea­lidad.

Cuba en el 14 lugar , y seguirá ganando

¡Cuba en el 14, y seguirá ganando! (+Video)

AUTOR: JULIO MARTÍNEZ MOLINA VENTURA DE JESÚS 8 DE AGOSTO DE 2021 22:08:59

Orgullo, un orgullo inconmensurable late jubiloso en el pecho de Cuba.
Horas antes de caer las cortinas de los Juegos Olímpicos de Tokio, la Isla inscribía otro campeón, ponía un sello de oro con los puños de Andy Cruz, y saltaba dos peldaños para brillar ante el mundo, desde el lugar 14.
«Catorce entre más de 200 delegaciones. Es inmenso el orgullo que sentimos por nuestros deportistas y la obra impulsada por Fidel», celebró en Twitter el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. «En días como hoy reafirmo la convicción de que nada es imposible para la Patria. ¡Seguiremos ganando!».
La bloqueada con saña; la Numancia de la actualidad; el punto negro en el mapa expansionista de EE. UU.; la atacada hasta el delirio por imperialistas, por siervos anexionistas, por cubanoamericanos de retórica sangrienta a favor de una invasión a su propio país, por «confundidos», por cobardes y tontos útiles a la Casa Blanca, que pululan en el escenario digital, ha demostrado otra vez al planeta que no es un «Estado fallido», sino un archipiélago de gigantes, incomparable.
En vez de encontrarse en listas manipuladas, deshonestas, Cuba –de existir justicia en un mundo que parece perderla entre las aviesas decisiones y mentiras continuadas de los poderosos– debía ocupar las que exaltan a los pueblos que resisten y triunfan.
Los atletas antillanos han situado al país, nuevamente, en la vanguardia de la élite olímpica; a pesar de una pandemia atroz que ha dañado sensiblemente la economía nacional y que les limitó drásticamente el fogueo internacional.
La aspiración de la delegación cubana de ubicarse entre las primeras 20 naciones en el medallero de los Juegos, era un inmenso desafío, lo que se dice una quimera, pero se cumplió con creces.
Con siete medallas de oro, tres de plata y cinco de bronce, 15 preseas en total, Cuba se superó a sí misma, y ubicada por delante de naciones potencias, confirmó en Tokio el éxito del fomento del deporte masivo, voluntad política de la Revolución, propulsada por Fidel.
La nación expresa, ante los ojos del mundo, otra de sus grandes conquistas sociales: el deporte revolucionario al servicio de todos: de blancos, de negros, posible en los barrios más solventes y en los menos favorecidos; el deporte como posibilidad real de superación del ser humano, al alcance de toda una sociedad.
Orgullo, infinito orgullo nos abraza a quienes amamos y no odiamos, en este minuto de gloria para la Patria, para los nuestros. Lo conseguido en los Juegos Olímpicos de Tokio es una heroicidad, pero también es consecuencia de lo que somos y defendemos: Cuba siempre en Revolución.


La Iglesia cubana seguirá fundando junto al pueblo


Un diálogo sincero y coloquial sostuvo el Presidente de la República con miembros del Consejo de Iglesias de Cuba y líderes ecuménicos del país. Este es el primer encuentro de otros que se desarrollarán en lo adelante con directivos de instituciones religiosas y asociaciones fraternales

Autor: Yaima Puig Meneses | internet@granma.cu
7 de agosto de 2021 09:08:29
Encuentro con Religiosos

Foto: Estudios Revolución
Un diálogo, abierto y sincero, sostuvo el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, con miembros del Consejo de Iglesias de Cuba y líderes ecuménicos. El intercambio se convirtió en espacio para el agradecimiento, el homenaje, la fe, el compromiso, la participación, el aprendizaje, la reflexión y la esperanza.

Con ellos también Cuba seguirá fundando. Y así como lo hará Cuba, “la Iglesia cubana también seguirá fundando junto a nuestro pueblo”, una certeza no solo expresada por Joel Ortega Dopico, secretario ejecutivo del Consejo de Iglesias de Cuba, sino que de muchas maneras marcó las esencias de más de una docena de intervenciones que matizaron el debate.


A hacer y fundar juntos los convocó el Presidente de la República. Fueron poco más de tres horas en las que se le vio escuchar atentamente cada palabra; tomar una y otra vez notas en su agenda; asentir; explicar dudas; indagar sobre proyectos comunitarios realmente aportadores en los barrios; abrir caminos para solucionar trabas que impiden un mejor desempeño…

Todavía podemos perfeccionar y ampliar más la armonía, construyendo constantemente mucha confianza y la posibilidad de hablar, de discutir, de debatir, aunque no siempre coincidamos en lo mismo, reflexionó el Jefe de Estado.

Desde el convencimiento de que juntos es posible crear y hacer más, agradeció a todos el haber dedicado tiempo para asistir al encuentro y expresar con sinceridad “lo que sienten”. Es tremenda —dijo— su disposición para participar en la construcción de nuestra sociedad “desde toda la experiencia que tienen y desde todos los aportes que hacen”.

“Vamos a buscar los espacios en que ustedes puedan aportar y participar, para que estén con nosotros en ellos y también para que nos enseñen, porque ustedes tienen muchas cosas que enseñar, que han sido práctica ya desarrollada en todos estos años”, les ratificó.

Como parte del diálogo, necesario y aportador, el Presidente agradeció las oraciones que, le dijeron los presentes, hacen por él y su equipo de Gobierno. Detalladamente compartió con ellos elementos significativos de la actual situación del país y sobre los últimos acontecimientos sucedidos.
Una situación que definió de extremadamente compleja, y a sus vez retadora; en los desafíos también hay un encanto, —puntualizó— y una manera de ver la vida para buscar capacidad de respuesta, de ánimo, de aliento, y de ir a un mejor momento, confió.

Para eso —acotó— tenemos que seguir multiplicando todo lo que sea eficiente y aportador, lo que nos de armonía, utilidad y belleza, desechando lo que sea ineficiente, lo que traba, lo que sea burocrático, lo que sea corrupto.

Necesitamos reforzar la atención en los barrios, y ahí contamos con ustedes. Sabemos de proyectos que han desarrollado, del concepto que han trabajado de educación popular, y aspiramos a poder ir multiplicando sus experiencias y enriquecer todo cuanto hagamos con su participación, enfatizó.

En el encuentro, que es el primero de otros que se desarrollarán con directivos de instituciones religiosas y asociaciones fraternales, como parte de un vínculo permanente con ellos que la dirección del país ha sostenido durante estos años, el Jefe de Estado reconoció el legado histórico de quienes le antecedieron, cuyo camino “queremos continuar”.

Agradeció la condena que hacen al bloqueo en diversos escenarios y cómo han defendido la posición de Cuba ante sus iglesias homólogas en el mundo. Creo que hay una coincidencia entre lo que ustedes nos han planteado y lo que queremos hacer, aseveró.


Foto: Estudios Revolución
Largo rato les habló además sobre la epidemia provocada por la COVID-19 y cómo el país se ha enfrentado a ella por casi 17 meses. El concepto primero, aseguró, “ha sido siempre salvar la vida de la gente, con lo que fuera…”

De retos, proyectos futuros, carencias, cambios de rutinas, solidaridad y disposición en el hacer, se discutió profundamente en la jornada. Desde el respeto a la creencia individual y el diálogo nacieron ideas muy útiles y más de uno salió de allí con “tareas asignadas”.

SERVIR, PARTICIPAR, HACER…

Servir al pueblo y participar activamente en la vida de la sociedad y de la Patria han marcado el rumbo del Consejo de Iglesias de Cuba, en sus 80 años de fundado, se le escuchó decir con orgullo y firmeza a Joel Ortega Dopico, su secretario ejecutivo.

“A lo largo de estos años de Revolución y en toda la historia de Cuba, el Consejo y sus predecesores han participado activamente en la vida de nuestra sociedad y de nuestra Patria”, evocó. Luego, enumeró algunos de los muchos escenarios en lo que también han dejado su huella: las luchas clandestinas en la Sierra; la campaña de alfabetización; las acciones por el regreso de Elián y los Cinco; las batallas en contra del Bloqueo….

Con la emoción latente por el simbólico y trascendental intercambio, habló a Díaz-Canel con la franqueza de quien se sabe “tenido en cuenta”, y le confió su expectativa de que la jornada de este 6 de agosto marque un antes y un después en la estrategia del movimiento ecuménico cubano con el liderazgo de nuestra Revolución.


Tenemos —dijo— que ir al nivel de Frank País, al nivel de Faustino Pérez, de aquellos compañeros que dieron su vida, y aquí estamos nosotros ahora, para reafirmar que somos también continuidad de su obra.

Con la certeza de que son muchos los temas aún por tratar para verdaderamente lograr la transformación que la nación demanda, el Secretario Ejecutivo del Consejo de Iglesias de Cuba se refirió a la necesaria autocrítica, la rectificación pendiente, la revisión profunda de métodos y estilos de trabajo que chocan con la voluntad de servicio al pueblo, la burocracia, las trabas y la insensibilidad de algunos que tanto dañan. Son realidades, confió, a las que lamentablemente tampoco ha podido escapar la iglesia.

¿Cómo podemos lograr que la iglesia y la religión sean cada vez más parte de los procesos de participación de cambios que estamos viviendo? Se preguntó y a su vez lo hizo al auditórium, para poco a poco hilvanar ideas que ratificaron la importancia de “buscar caminos de diálogo para no estigmatizar posiciones. Hay grietas que tenemos que juntos y juntas sanar”.

“…es la iglesia que queremos ser, ser una iglesia para nuestro pueblo…”

“Hermano Presidente”, le dijo luego Carlos Ham Stanard, pastor de Iglesia Presbiteriana-Reformada en Cuba, aquí estamos, como parte de Cuba, para “reafirmar nuestra vocación de servicio, para continuar en el diálogo, en la lucha, en el trabajo, y esperamos poder continuar en este proceso de diálogo enriqueciéndonos mutuamente”.
Sin pretender presumir de sus acciones, porque solo han tenido el propósito de “ser útiles”, el también Rector del Seminario Evangélico de Teología de Matanzas, contó cómo en la institución se habilitó una extensión del hospital pediátrico, donde fueron atendidos, en 47 días de servicio, 1500 pacientes: 900 niños y 600 padres y acompañantes.

Fueron días de mucha preocupación —reconoció— pero también de defensa, de lucha por la vida, y de grandes satisfacciones al poder servir a nuestro pueblo en este frente, luchando por la vida.

De convocar y sumar para que todos se sientan parte; de entender que la sociedad hoy no se parece a la de 20 años atrás, que es diversa, compleja, y tiene multiplicidad de actores, habló Joel Suárez Rodés, coordinador ejecutivo de la Coordinación Colegiada del Centro Memorial Martin Luther King.


Foto: Estudios Revolución
Pedimos que nos convoquen más, sobre todo en lo relacionado con el trabajo y las políticas sociales para la atención a la vulnerabilidad, sugirió al Primer Secretario del Comité Central. “Hay que crear un corredor amplio para salvar esta Patria… y le toca a la dirección del Partido motivarlo…”

El diálogo no puede ser impuesto, tiene que nacer desde el territorio, desde el lugar donde la gente está haciendo, no diciendo, consideró.

Díaz-Canel habló entonces acerca de conceder participación a todos, de compenetrar, de convocar. Eso, dijo, estamos en capacidad de construirlo y seríamos muchos más aportando, participando. Junto a él se encontraban también los miembros del Buró Político Manuel Marrero Cruz y Roberto Morales Ojeda, Primer Ministro y secretario de Organización y Política de Cuadros del Comité Central, respectivamente; así como Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretario del Comité Central, y Caridad Diego Bello, jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central.

Sobre agradecimiento hablaron, en primer lugar, los 15 participantes en el encuentro que hicieron uso de la palabra, quienes consideraron un privilegio poderse “reunir con nuestras autoridades y tratar temas de interés común”.

Respecto a trabas y burocracias que impiden la entrada ágil al país de medicamentos y otros insumos necesarios para el trabajo que desarrollan en las comunidades comentaron también al mandatario cubano, quien les aseguró que muchas de esas cuestiones se resolverán de inmediato. La decisión de crear en el Gobierno una oficina para atender los asuntos relacionados con las instituciones religiosas, contribuirá en gran medida a abrir caminos y viabilizar soluciones.


Foto: Estudios Revolución
Piedra angular en las intervenciones fue también la necesidad de consolidar los espacios de diálogo existentes, no solo para hablar de “cosas que nos preocupan, sino también para presentar soluciones”; que se conviertan en espacios sistemáticos, no coyunturales, en los cuales dar continuidad a los temas y ver las respuestas a los planteamientos.

Con la iglesia tenemos el deber de trabajar por la unidad de nuestro pueblo y lo hemos hecho desde nuestros mensajes, con nuestros familiares, amigos, personas que hemos visto que están equivocadas, explicó Lydia Aguiar Batista, vicepresidenta del Consejo de Iglesias de Cuba y vicepresidenta de la Iglesia Gracia Soberana.

A abrazar, respetar y aprovechar la diversidad que define la Cuba de hoy, convocó Dora Arce Valentín, pastora y moderadora de la Iglesia Presbiteriana-Reformada. No podemos rechazar la diversidad, insistió, tenemos que ver esa diversidad como un don, como algo que enriquece a la sociedad.

Esa es la Cuba que queremos, una Cuba donde sus familias sean diversas, que se ensamblen de la manera que pueden, que quieren, que saben, (…) porque así queremos que sea la sociedad cubana, y en ese sentido se puede contar con nosotros.

Como luz se escucharon también representantes de la juventud cristiana, “ese presente que construye el país y el mundo”. Desde sus experiencias, hablaron también de participación y el enorme reto de sentirse parte de la construcción de una Cuba mejor, en los más diversos escenarios.

“Que el sector religioso esté presente en los diálogos con la juventud, porque desde nuestra espiritualidad y nuestra fe también tenemos un aporte a esos diálogos”, solicitó al Presidente cubano Dianet Martínez Valdés, secretaria del Movimiento Estudiantil Cristiano para América Latina.

Nos toca ahora alimentar esa unidad desde este país que somos y celebrar la diversidad que somos. Nos toca, como iglesia, ser mediadores, ser conciliadores, valoró Kirenia Criado Pérez, pastora de la Iglesia de Los Amigos.

“Cuba es el centro de mi vida, pero la reconciliación es el centro de mi tarea, y yo creo que hoy nos está tocando tener la reconciliación como el centro de nuestra tarea y nos ofrecemos como iglesia, por esa experiencia que hemos vivido, a ser espacio de reconciliación allí en el barrio, allí en la iglesia, allí en las comunidades más pequeñitas, para trabajar en estos espacios de reconciliación que son tan importantes.”

El íntimo momento de reflexión se volvió entonces homenaje en el que el Presidente Díaz-Canel recibió una cruz de madera, una placa y una Biblia, de manos de Rhode Gonzáles y Raúl Suárez, expresidentes del Consejo de Iglesias de Cuba. Similares presentes fueron obsequiados también al resto de los miembros de la presidencia.

Por el 80 aniversario de su fundación fue entregado un reconocimiento al Consejo de Iglesias de Cuba, que históricamente ha mantenido una actitud de respeto, participación social y compromiso con la Revolución. Firmado por el Presidente de la República, tamaño honor fue recibido por la Vicepresidente del Consejo de Iglesias de Cuba, Lydia Aguiar Batista.

En este encuentro memorable, igualmente, el Presidente de la República impuso la Orden Félix Varela de Segundo Grado al pastor Raúl Suárez Ramos, pastor emérito de la Iglesia Bautista Ebenezer de Marianao, protagonista de aquel histórico encuentro con Fidel en abril de 1990.

Desde la entereza y valía de sus años, se le escuchó decir entre emociones: “Raúl Suárez no se retiró, está en pleno jubileo, que significa gozo y alegría, que es lo que nos ha dado también esta reunión y las próximas que tendremos”.

De igual manera, dicha condecoración fue concedida post mortem al Muy Reverendo Pablo Odén Marichal Rodríguez, un hombre de luz que mucho hizo por la unidad en la Cuba revolucionaria.

“Disponga y cuente con lo que tenemos, para lo que usted desee en beneficio de la nación”, había dicho poco antes Marcial Hernández Salazar, presidente de la Iglesia Evangélica Libre.

Y en beneficio de la nación toda, los presentes se unieron luego en una oración por la vida, y oraron juntos, porque de nuestra diversidad también nacen nuestras muchas fortalezas.

Foto: Estudios Revolución


Foto: Estudios Revolució

El deporte también es Cuba


El deporte también es Cuba
AUTOR: OSCAR SÁNCHEZ SERRA, ENVIADO ESPECIAL EN TOKIO FREDDY PÉREZ CABRERA 3 DE AGOSTO DE 2021 01:08:25


TOKIO.–En estas primeras jornadas de agosto es cuando más medallas ha logrado Cuba en su paso por los Juegos Olímpicos, siete en total, incluyendo las victorias de Mijaín López, con su cuarta corona olímpica, Luis Orta, con su primera, y la de la dupla cubana de Serguey Torres y Fernando Dayán, que cerraron un día mágico, para que la delegación cubana tuviera su mejor cosecha en lo que va de estos Juegos.

Con esas preseas y otras cinco aseguradas en el boxeo, ya Cuba se ubica entre los primeros 16 países del medallero, lo cual se corresponde con su propósito competitivo de estar entre los primeros 20.

Impresionantes el joven Luis Orta, con otra disertación para hacerse del título, y ni qué decir de Mijaín López, con una final en la cual se mostró aún más fuerte. Al felicitarlos, mediante una llamada telefónica, el Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, le transmitió un mensaje a la delegación: «Que sigamos cosechando victorias, con la dignidad de los deportistas. El deporte también es Cuba».


Foto: Roberto Morejón
En un final épico, la dupla cubana de Serguey Torres y Fernando Dayán, múltiples campeones en Copas del Mundo, lograron la medalla de oro en la final olímpica en canoa biplaza a mil metros (c2-1 000). En la disputa por el título, los cubanos, que realizaron un tiempo de 3:24.995, debieron sobrepasar a la tripulación china, que se mantuvo todo el tiempo comandando la competencia, y a los alemanes, que eran los favoritos y también lucharon hasta el final.

Impresionante la medalla de plata de Leuris Pupo, avanzando a última hora a la final, y poniéndole el corazón a su pistola en su sexta edición bajo los cinco aros; Juan Miguel Echevarría volvió a lesionarse y quedó en plata, compartiendo el podio con su compañero Maikel Massó, bronce de la lid, al igual que Yaimé Pérez, en el disco, prueba que dejó sin preseas a la bicampeona olímpica, la croata Sandra Perkovic.

Hoy puede ser otro gran día, Roniel Iglesias va por el pergamino de Tokio-2020, en los 69 kilogramos de boxeo.


Foto: Morejón, Roberto